martes, 16 de octubre de 2012

REVOLUTION, la serie de J. J. Abrams



J. J. Abrams a veces la caga. Le pasa a todo el mundo. Acertó con Lost, una serie muy entretenida, y con Fringe, que se ha mantenido a pesar de sus numerosos enemigos. Tampoco le salió mal cuando le encargaron revivir la franquicia de StarTrek. Pero se equivocó con Alcatraz, tremendamente aburrida, y todo apunta a que tampoco le ha salido bien Revolution, de la NBC y que en España echa SyFy.

La verdad es que la serie tiene un comienzo espectacular que dura dos minutos, pero ahí acaba todo. Y es que tiene lugar un apagón mundial sin que se sepa por qué. El relato del mundo apocalíptico se sitúa quince años después del blackout. La gente abandona las ciudades menos algunas, como Chicago. No hay gobierno, el territorio está dividido en repúblicas dictatoriales donde mandan las milicias. El enigma de la serie es saber por qué se produjo el apagón. Vale, pero no tiene sentido que se vaya la electricidad y no sean capaces de restablecerla o poner en marcha un motor de gasolina, combustión o vapor.

La protagonista es una chica de 18 a 20 años, nostálgica, que guarda postales de ciudades, y que echa de menos a su madre aparentemente muerta. Parece que la clave está en un pendrive que el padre de la prota grabó instantes antes del apagón, y que el malo, un tal general Monroe, quiere conseguir. Pero hete aquí que surge otra mujer que tiene un pendrive igual, electricidad en un escondite y chatea. ¿Comoorrrr?  Mi no comprender.

En el primer capítulo hay que encontrar a tito Miles para que rescate al hermano de la prota. Pero el tito no quiere hablar de entrar en conflicto con el general Monroe y se da el alcohol. Claro, que el tío se maneja con el sable como si fuera el Zorro. ¿Dónde aprendió? No sé sabe. Era sargento y amigo de Monroe, y al final se apunta al rescate. En el segundo episodio se trata de iniciar el reclutamiento de un grupo para luchar contra Monroe, y los siguientes son enfrentamientos para sobrevivir.



La serie tiene un tufillo a vintage de los setenta. Podría ser El planeta de los simios, la serie, o la legendaria V. Tenemos un gran enigma de fondo que hay que resolver –como en Lost, ¿verdad, J. J. Abrams?- y en torno al cual los guionistas nos van contando la vida de personajes estereotipados -¿Informático gordito, feo y con barba? ¡Qué original!-, en un mundo asolado por la necesidad y lleno de tiranos. Cada capítulo está salpicado con pequeños flashback que explican qué pasó en esos quince años.

Todo esto me ha recordado a la serie Terra Nova, respaldada por Steven Spielberg, y que se dio el gran batacazo. Y en cuanto a interés, por lo menos hasta ahora, tiene muchísimo menos que Falling Skies, que ha espabilado bastante en el ecuador de su segunda temporada. Entonces, ¿hay que ver Revolution? De momento se puede esperar a que termine la temporada, hacer otra cosa, esperar a que mejore, y luego conseguirla… o no. 

2 comentarios:

  1. Lo del apagón me recuerda al comienzo de "Dark Angel"... en fin, a veces las series no comienzan con buen pie y luego van mejorando a medida que se definen los personajes... Y otras veces ocurre lo contrario, de una buena idea, ya sea por falta de imaginación o por presupuesto escaso, la cosa se vuelve aburridísima (pienso, por ejemplo, en Tierra-2). Ya veremos...

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    1. Es cierto. Me acuerdo de "Tierra 2", un proyecto de Spielberg que comenzó de una forma fabulosa y que se desinfló de manera incomprensible. La verdad es que no acabo de comprender la mente de las cuadrillas de guionistas. Hay menos talento del que parece.
      Saludetes

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